Da gusto ver la buena acogida que está teniendo entre los lectores españoles la iniciativa de Planeta Manga y como el octavo tomo va a salir en breve. Así que, para repasar la trayectoria que lleva la muy atractiva revista dejaré escrita esta reseña sobre las series e historietas cortas que más me han gustado. Si no conocéis Planeta Manga o no le habéis dado una oportunidad más allá del primer número, antes de seguir leyendo, pasad a estos enlaces sobre los tomos 1, 2, 3 y 4.
En Backhome, de Sergio Hernández (https://twitter.com/SergioHdezAutor)
y Toni Caballero (https://twitter.com/ToniCabArt),
Ann y Eiden corren buscando refugio por las ruinosas calles de Woscastle tras
haber huido de Thomas y su personal militar. Sin embargo, las extrañas sombras
que merodean en la ciudad no se quedan quietas… y demuestran actuar con notable
inteligencia.
Más allá de por el terror y por la acción trepidante,
Backhome destaca dentro de Planeta Manga por la manera que tiene no solo
de mantener el misterio sobre el que flota la trama, sino por ir metiendo
nuevos enigmas en la mente del lector. Eso sí, tras el tomo séptimo y su
espectacular doble capítulo, es de esperar que en el octavo volumen de la
revista ya se empiecen a despejar varias incógnitas y misterios que nos tienen en vilo, así como que se siga profundizando en unos personajes
cada vez más tridimensionales. Y todo ello con las geniales y oscuras viñetas
de Toni Caballero de por medio.
En Gryphoon, de Luis Montes (https://www.facebook.com/luis.montes.1806),
Noah y compañía, pese a tenerlo todo aparentemente en contra, han conseguido
entrar en Gryphoon como cadetes por haber derrotado a Viento Negro. No
obstante, su nuevo superior, el capitán Balberk, está más que dispuesto a
expulsar a Noah y sus cuatros aliados en la llegada a La Fuente… y hará pruebas
eliminatorias con tal fin. Entre tanto, la efreet empezará a hacer
averiguaciones sobre la muerte de su hermano para averiguar qué le pasó
realmente.
El más que buen shonen de Luis Montes sigue
cosechando buenos capítulos en los que el autor va haciendo un buen ejercicio
de creación de mundo. Así, primero explica finalmente que son los perturbadores
eckhos (y la explicación no está mal… y se nota que puede haber algo más
detrás) y en que consiste la kinesis o magia de la trama. Nuevos personajes se
van incorporando poco a poco según avanzan los capítulos, quedando un abanico
muy completo y realista, dando un par de pinceladas a un buen número de
pelotones de cadetes. El dibujo sigue siendo de lo más majo, con diseños de personajes
muy vistosos y peleas muy dinámicas, aunque hay alguna vez que es fácil
perderse en la coreografía de golpes, tal y como en un par de ocasiones en el
enfrentamiento contra el gólem de agua, pero nada demasiado grave.
En Good game!, de Blanca Mira (https://twitter.com/Shirayukihimeh)
y Kaoru Okino (https://twitter.com/Pencilness),
Yuki y Enishi se sobreponen al error de la primera ronda del concurso de
creación de videojuegos y empiezan a remontar. ¿Logrará la chica disfrazada su
esperado anhelo de darse a conocer a su difícil hermano y conectar con él?
Mira escribe un guión que va más allá del shonen sobre
sobreponerse a la adversidad y luchar sobre los sueños, ya que también toca
otros palos como son la paternidad, tanto la genética como la de los mentores
con un cada vez más entrañable Randall, o el hecho de ver pasar a un
antagonista que es un enemigo puro y duro como Álex, a un rival con una evolución
verosímil y que se toma su tiempo en producirse. Queda un número para el final
de este manga y ya está bastante bien cerrado, así que solo queda por ver el
broche de oro con el que lo rematan sus dos autoras. Hablando de la segunda de
ellas, Kaoru Okino, sigue haciendo su buen trabajo habitual a la hora de
ilustrar el argumento, aunque en estos últimos números se luce más por lo
dramático que por lo cómico, aunque con igual buen acabado (ojito en ese
sentido a la segunda página con fondos negros del capítulo cinco).
Volviendo a Kaoru Okino: esta artista, además de estar a
punto de acabar Good Game!, nos trae por medio del séptimo número una nueva
serie: Conquering the Earth. Esta trata sobre Yin, el último humano del
universo, que huye para buscar refugio de todo alienígena que quiere exterminar con
él a su especie… hasta que encuentra a Nivi, una extraterrestre de un pueblo
conocido por ayudar a aquellos en apuros.
De momento es pronto para sacar conclusiones de este tebeo,
pero siendo la autora quién es estaré atento a ella. Okino puede dar lugar a
diseños alienígenas interesantes (como con las extremidades de Nivi) y si se
desarrollan bien las cuestiones del genocidio humano o incluso su solución,
puede quedar una obra interesante.
Respecto a las historias cortas, ha habido unos cuantas bastante destacables. Para empezar, Dreamy Pink, de Numoris, es una muy buena parábola sobre cómo no hay que juzgar a la gente por las apariencias sin conocerla realmente. En Numoris, además, se nota mejoría en la manera de dibujar con respecto al primer número de Planeta Manga, más estilizada y elegante.
En Human Exe, de Blanca Mira (https://twitter.com/Shirayukihimeh)
y Eduard Balust (https://twitter.com/EduardBalust),
dentro de un futuro ciberpunk no muy lejano, dos amigos, Kamui e Ichiro, han
soñado desde niños con hacer un videojuego juntos. Pero, a diferencia de
Ichiro, el hecho de que Kamui sea incompatible con interware, una avanzada
tecnología que mejora asombrosamente las capacidades humanas, le frustra
enormemente y le hace pensar que sus caminos se separarán. Sin embargo, puede
que un golpe de suerte le devuelva los ánimos y la esperanza…
Siguiendo la estela de Fausto, el manga de Human
Exe es una buena alegoría de los peligros que implica el tomar atajos y sendas
poco honestas para lograr nuestros propósitos y, por otra parte, viene con unas
moralejas tan bonitas como pertinentes sobre virtudes como la constancia y el
trabajo duro o la lealtad y la amistad. Las ilustraciones pillan muy bien el
tono a la trama, con cierta mejoría de Balust con respecto a Ad
Mortem, habiendo ganado sus personajes en expresividad y dinamismo con el
paso del tiempo y la práctica.
En Nissa, de Lizth Bianc (https://twitter.com/Lislizth), dos niños ayudan a un alma perdida a tener una oportunidad en la vida.
Si tenéis un día tonto o en el que las cosas no os han salido bien, leeros esta historieta corta. Entrañable, inspiradora y optimista, con un dibujo simple y agradable.
En Death Waits, de Inma Ruiz (https://twitter.com/inmapollito), la
Parca tiene una vida pendiente de cobrar desde hace un año atrás… pero esta
alma se le está haciendo difícil de reclamar.
El relato más divertido de Inma Ruiz hasta la fecha, con
unos golpes de humor tremendos en tan solo diez páginas, por lo que a la
comicidad hay que añadirle una más que buena capacidad de síntesis, así como
cierta cultura cinematográfica detrás (buen homenaje a El Séptimo Sello).
Y para rematar la faena, el dulce y encantador dibujo de Ruiz, que además de
servir para magnificar varios chistes con lo visual, ofrece un retrato hermoso
de la Parca, con detalles entre lo circense y lo terrible (esas garras de
aspecto férreo…).
En Flashlight, de Sara Lozoya (https://twitter.com/uxialovegood), el día del cumpleaños de Jongsu no empieza demasiado bien tanto por no haber dormido precisamente bien como por una conversación que ha tenido con su padre sobre su futuro en la universidad… Pero su hermana Minji hará todo lo que pueda para animarle.
Bonita historia (con un dibujo a juego) con mensaje sobre la generosidad, la hermandad y apoyar a los demás para que sigan sus sueños
En La Hueste, de Santi Casas (https://www.instagram.com/santi.ikari/),
un ejército venido de ultramar está a punto de aniquilar a una tribu celtíbera,
a falta de un asalto final sobre su poblado… Pero el príncipe de esos hispanos
está dispuesto a todo para salvar a su gente.
Santi Casas lleva en su paso por Planeta Manga muy buenas historietas cortas sobre mitos y leyendas. Pues esta última es probablemente la mejor que ha hecho hasta la fecha. Así, combinando elementos históricos como la Antigüedad hispánica, Numancia, los Pueblos del Mar e incluso la Santa Compaña, logra un relato tan épico como tremebundo, con cierto tono patriótico y heroico, todo ello, además, combinado con un dibujo tan bueno como de costumbre, pero con una documentación prerromana notable en armas, defensas y emblemas, así como con un diseño especialmente brutal para el líder de la Hueste.
En Onion Star, de Coco Glez (https://twitter.com/coco__glez),
Cloe es una estudiante del bando de la tortilla de patatas sin cebolla, por
odiar esta hortaliza. Por todo ello, no está en absoluto preparada cuando un
extraterrestre se planta ante ella para nombrarla la campeona que salvará a su
civilización… mediante el poder de la cebolla.
Posiblemente esta sea la historieta más surrealista y
quijotesca de Planeta Manga, pero… como obra de humor hace muy bien su
trabajo, sobre todo tirando de distintitos tipos de humor: paródico (las magical
girls), del castizo (la vieja lucha de la tortilla con o sin cebolla) o absurdo
a lo Bobobo e incluso de lo inesperado, al parecer que la obra va a ser
de un carácter intimista con la protagonista pasando de un curso a otro. Al
dibujo quizás le sobra un poco de dulzura y le falta un poco de picardía,
aunque el diseño del extraterrestre es bastante simpático, eso sí.
En conclusión, Planeta Manga sigue haciendo un excelente trabajo presentando un buen plantel de artistas junto a sus historias más o menos largas y de muy diversa temática, por lo que un servidor seguirá adquiriendo sus próximos números, sobre todo si sigue costando el tomo 4,95€ y constando de algo más de 300 páginas.
300 páginas? ya por eso sólo justifica poseerlo, encima hay varios dibujos que atrapan. Muchas gracias por la reseña
ResponderEliminarEl precio, efectivamente, es una pasada, y más si tenemos en cuenta que lleva así desde el primer número.
EliminarEs un buen trampolín para nuevos autores que, esperemos, se mantenga una buena temporada. Su séptimo entrega me ha parecido de un buen nivel.
ResponderEliminarDe los tres que reseño, creo que me quedo con el sexto, por sus historias cortas, buenas tanto en calidad como cantidad.
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