En esta primera reseña de 2022 toca hablar de un buen puñado de obras autoeditadas con unos cuantos artistas españoles detrás de su autoría.
Para empezar, tenemos Simbiosis, de Carnomiuart (https://twitter.com/carnomiuart), un conjunto de 31 microrrelatos acompañados todos y cada uno de ellos de ilustraciones de sus más o menos sufridos protagonistas. Y digo “sufridos” por haber una inquietante plaga de esporas en el bosque en donde transcurre la trama que tiende a enloquecer y corromper a sus moradores, jugando la autora más que bien con las paradojas y, muy especialmente, con las metáforas a lo largo del tomo. El dibujo (realizado con ocasión del Artober 2020) combina más que bien con el trasfondo oscuro de la trama, con animales lo mismo reales que imaginarios tal y como zorros y conejos o dragones, muy estilizados, con gran predominio de las tonalidades plateadas y doradas, las cuales suponen un buen contraste con los fondos negros.
Luego tenemos Las aventuras del Chico Melocotón, de Yutaro J. Miralles (https://twitter.com/YutaMiraKoba), tebeo en el que está muy presente el cuento japonés de Momotaro, pero en un marco actual. El autor sabe llevar muy bien todo lo que es la intriga de la trama, puesto que al acabar el primero de los cuatro volúmenes que conforman la historieta deja con muchas ganas de más y, sobre todo, saber si se cumplirán ciertos funestos vaticinios. El dibujo, por su parte, tiene un toque macarra que será muy del gusto de los fans de Gorillaz, siendo especialmente llamativos los diseños de los animales, tal y como el perro, por combinar lo anterior con un punto onírico e incluso de pesadilla.
Seguimos con Love (mal), de Blankipur (https://twitter.com/blankipur), en
donde su autora se abre a los lectores y cuenta alguna de sus experiencias más
íntimas y personales en lo que al amor respecta, sobre todo en lo referente a
los miedos y a la ansiedad, de manera bastante valiente y sincera. La
estructura del tebeo a más de a uno le parecerá bastante caótica y anárquica,
pues más que un guión narrativo tiene uno lírico, pero el sentimiento de empatía
hacia lo que se cuenta es fácil de desarrollar. El dibujo es el punto flaco del
tebeo, ya que peca de minimalista, aunque con un sentido del humor muy ácido,
eso sí.
Por último, tenemos Kimar, de Paloma Sánchez (https://twitter.com/Paloma_Hato), en donde el marinero Tristán se salva de morir ahogado tras caer por la borda de su barco gracias al tritón Kimar… resultando que ambos ya se conocían del pasado. Bonita historia de amor que nos ofrece una de las mitades de Ink-U Studio en la que, si bien hay que prestar más atención a las erratas de cara a futuras ediciones y obras, el perdón, sacrificio y cariño entre los dos protagonistas es bastante conmovedor (particularmente tierno es el primer encuentro de ambos, de niños), con un mundo que la autora, a través del epílogo, deja bastante claro que todavía puede dar mucho juego. Respecto al dibujo, Sánchez ha mejorado de un tiempo a esta parte a los lápices, y si bien de vez en cuando hay alguna postura demasiado rígida, los personajes tienen movimientos y gestos fluidos por lo general, con una más que buena labor de coloreado de fondo.
Qué bueno arrancar el 2022 con esto, muchas gracias por las reseñas. Saludos desde Argentina
ResponderEliminarGracias a usted, caballero, por ser lector habitual.
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