En la reseña de hoy toca hablar de Bajo el cielo de acero, tebeo obra de Joan Mundet (https://www.facebook.com/JoanMundetIlustrador).
Horace es un buscador de oro en el suroeste de los Estados
Unidos durante la Guerra de Secesión. Durante una de sus cabalgadas por el
desierto, rescata a Rita, joven que ha sido capturada por los apaches. Una vez
la chica se recupera del shock que supuso la muerte de su madre, buscará ir con
su tío, la única familia que le queda. Consciente de todos los peligros que hay
por el camino, Horace acabará por escoltar a Rita hasta que esté a salvo. Pero
no será fácil, puesto que tendrán que sobrevivir a indios, forajidos y al
propio desierto.
El ambiente salvaje y descarnado del western es una
oportunidad perfecta para mostrar lo peor y lo mejor del ser humano: trata
humana, racismo, egoísmo, el ganarse la vida mediante la violencia… pero
también amistad, compañerismo, empatía, solidaridad y honor. Todo ello lo
muestra más que bien Bajo el cielo de acero con la relación que se va
forjando entre Horace y Rita. Así, el primero se va a preocupar cada vez más y
más de la segunda en vez de sencillamente querer desembarazarse de la joven,
contribuyendo a endurecer a esta hasta lograr que pueda defenderse por sí
misma. Pero no solo Horace es maestro de Rita, sino que ella también le
enseñará distintas cosas, tal y como leer y escribir y algún que otro aspecto
importante de la humanidad. De esta manera, se juega muy bien con arquetipos
literarios como la extraña pareja o el maestro y el discípulo mientras los
protagonistas realizan su particular periplo desértico. También es de agradecer
que ningún personaje sea plano o maniqueo, de tal manera que no solamente los
protagonistas tienen sus defectos, sino que incluso los villanos también tienen
alguna virtud. De regreso al tema del viaje de los protagonistas: vuelve a
trabajarse muy bien este otro arquetipo literario, no solo por la evolución que
provoca en los protagonistas, sino por mostrar lo letal que era (y puede seguir
siendo) el desierto de Sonora.
A esto último contribuye en mucho el dibujo: las viñetas reflejan
muy bien la enormidad del desierto y lo desolado de sus parajes, no dejando lugar
a dudas de su hostilidad, sin endulzar los yermos de Sonora. Tres cuartos de lo
mismo se puede decir de sus gentes, ya que tanto los apaches como los forajidos
de la muy permeable frontera mexicana y estadounidense tienen un aspecto tan
curtido como implacable. Bastante más agradable son los retratos que se nos
brindan de Horace y Rita, con el primero más curtido pero con ciertos dejes solemnes
y nobles en el rostro y con la segunda con una inocencia y rectitud pese a los
momentos de ira que la embargarán. Igual que en Capablanca (reseña aquí),
las ilustraciones son muy realistas y la labor de documentación se hace notar para
bien también. La épica hollywoodiense de los tiroteos y golpes de manos de
pistoleros también está más que presente sin caer en fantasías o sucesos
inverosímiles, así como la elegancia y majestuosidad de los caballos.
En conclusión, si os gustan los westerns, no dudéis en darle
una oportunidad a Bajo el cielo de acero. Podéis haceros con esta obra de
Ponent Mon por un precio de 32€ y con 184 páginas magníficamente coloreadas.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable
Joan Mundet durante el Festival de Cómic Europeo de Úbeda de 2024. ¡Gracias de
nuevo!
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